Tercer informe

18 diciembre, 2007 en

Participaci贸n Ciudadana en la Agenda Gubernamental de 2007

Bar贸metro de la Ciudadan铆a:

Por Mat铆as Fern谩ndez

En los 煤ltimos a帽os se ha venido desarrollando en Chile un inter茅s creciente por la participaci贸n ciudadana en un contexto que, por una parte, tiende a consolidar la democracia como r茅gimen de gobierno, pero que, en contraste, presenta una sociedad civil desarticulada y con un fuerte sentimiento de desencanto. Si bien se han ido abriendo canales institucionales, sobre todo desde los 煤ltimos dos gobiernos, que permiten vincular actores sociales y pol铆ticas p煤blicas, la mayor parte de 茅stas parecen incluirlos a煤n de manera muy precaria. Esto resulta preocupante si se considera que una sociedad que busca afirmar procesos democratizadores requiere necesariamente de una articulaci贸n fluida entre un aparato institucional abierto y una ciudadan铆a activa, de manera tal de legitimar democr谩ticamente las pol铆ticas p煤blicas y los programas sociales, y a su vez garantizar su efectividad, de acuerdo a los requerimientos locales en base a diagn贸sticos y gestiones descentralizadas y participativas.
En este contexto emerge el inter茅s por indagar sobre el modo en que la ciudadan铆a es incorporada por los programas y proyectos de gobierno mediante mecanismos institucionalizados de participaci贸n, asunto al cual se aboca la presente edici贸n del Bar贸metro de la Ciudadan铆a, investigaci贸n en base al an谩lisis de los compromisos de participaci贸n asumidos por parte de los distintos ministerios durante el gobierno de Michelle Bachelet, y que se contienen en la Agenda pro participaci贸n ciudadana de 2007.

El an谩lisis de los compromisos y el desarrollo de entrevistas en instituciones representativas arrojaron evidencias alarmantes. Se constata que a煤n no se ha conseguido instaurar de manera generalizada la conciencia de la importancia de la participaci贸n ciudadana al interior de las distintas reparticiones de gobierno. Los compromisos, en vez de fortalecer la relaci贸n rec铆proca entre una sociedad civil activa y participativa, y una gesti贸n p煤blica abierta y dialogante, han tendido m谩s bien a conservar una visi贸n tradicional y conservadora respecto de dicha relaci贸n, incorporando a la sociedad civil principalmente como destinataria de las disposiciones gubernamentales cuyo flujo es unidireccional.

De esta manera, la categorizaci贸n de la informaci贸n presentada por la Agenda pro participaci贸n ciudadana de 2007 permite constatar que, de un total de 305 mecanismos de participaci贸n ciudadana, formulados por 17 ministerios mediante 155 compromisos, el 43,6% de ellos considera a la ciudadan铆a de manera instrumental, vale decir, a partir de una relaci贸n establecida a partir de criterios de gobernabilidad y eficiencia t茅cnica, siendo el nivel prioritario hacia el que se dirigen dichos compromisos. Preocupante resulta que del 66,4% de mecanismos restantes, m谩s de la mitad (37,4% del total) se concentra en el nivel de no participaci贸n encubierta, que se refiere al establecimiento de pr谩cticas que, siendo presentadas institucionalmente como robustecedoras de la participaci贸n ciudadana, tienden m谩s bien a inhibirla, al impedir una incidencia efectiva de los distintos actores sociales en las pol铆ticas p煤blicas y programas sociales.

Representaci贸n de los distintos niveles de participaci贸n respecto del total de mecanismos de participaci贸n incorporados

Nivel de participaci贸n %
No Participaci贸n Encubierta 37,38
Participaci贸n Instrumental 43,61
Participaci贸n empoderadora 19,02
TOTAL 100

Fuente: Elaboraci贸n propia a partir de los datos de la Agenda Pro Participaci贸n Ciudadana 2007.

N=305

S贸lo el 19% de los mecanismos de participaci贸n considerados en los compromisos tiene una referencia efectiva hacia la participaci贸n ciudadana en sentido fuerte, vale decir, la comprende en su dimensi贸n empoderadora. A nuestro juicio, que s贸lo el 19% de los mecanismos comprometidos (58 de los 305) considere a la sociedad civil como una contraparte activa, y respecto de la cual cabe establecer una relaci贸n dial贸gica y rec铆proca, es una cifra preocupantemente baja, y mostrar铆a la preeminencia de un concepto de participaci贸n ciudadana sumamente estrecho por parte de las distintas reparticiones p煤blicas.

El an谩lisis de las entrevistas realizadas en seis instituciones de gobierno arroja informaci贸n no mucho m谩s alentadora. Destaca, principalmente, que los compromisos no comprometen, en verdad, pr谩cticamente nada. En las seis instituciones en que se realizaron entrevistas se encontr贸, de distintas maneras, que los compromisos repet铆an los objetivos de participaci贸n que se hab铆an incorporado con anterioridad por los distintos programas que se hallaban ya en curso al momento de formular los proyectos.

Se comprueba, de esta manera, que la Agenda no ha conseguido dar sistematicidad al desarrollo de la participaci贸n ciudadana, y con ello, no ha sido un instrumento efectivo para la revitalizaci贸n del d茅bil v铆nculo que se constata entre la sociedad civil y la gesti贸n p煤blica. La participaci贸n ciudadana, de esta manera, sigue siendo la tarea pendiente en la consolidaci贸n de nuestra democracia.

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